¡Adiós!, la fantasía no puede engañar tan bien

El pintor irlandés, Francis Bacon decía que a menudo pintaba con dificultad porque tenía tantas ideas que le era difícil desprenderse de ellas, un lienzo en blanco era como pintar un yo adulto, un yo ya determinado. Como cuando nos mostramos desnudos, mostramos todo lo que hay y que no va a cambiar sino que es definitivo. Según el pintor, un lienzo en blanco era la obra prima ya que carecía de clichés, de ideas o ilusiones que pudieran afectar la obra. 

Hoy he dado una nueva pincelada a mi vida, he cubierto un recoveco que de momento es azul, pero sé que en un futuro será blanco. Este recoveco es una persona que llevaba en mi vida desde hacía tres años, quizás más pero yo no la incorporé a mi vida cotidiana hasta hace tres años—26280 minutos. Esta persona-llamémosla J, no era una amistad, ni una pareja, nada por el estilo; simplemente una persona conocida, a la que sorprendentemente echo de menos. 

¿Por qué anoche decidí coger la paleta de colores y mezclar pigmentos para crear un nuevo color? ¿Quizás cubrir el color que esa persona ocupaba en mi lienzo? No lo sé, ni yo misma puedo responderme. Supongo que he cambiado, que esa persona no es la que yo creía que era. ¿Soy yo o es esta persona la que ha cambiado? Creo que inconscientemente he sido yo, no voy a echar balones fuera; eso sería de muy mal gusto. 



He crecido, he cambiado, mi mente ha cambiado, mis ilusiones son otras. También lo ha hecho esta otra persona, el tiempo inunda nuestras vidas y su fuerte oleaje deja huella. En este caso, una gran ola nos ha arrollado a los 2. 

“Andar a las heridas, por el aire fatigoso y el mar; a los suplicios, por el silencio de las aguas y del aire letales; a las torturas risueñas, en su silencio atrozmente encrespado.”

-Angustia, Arthur Rimbaud-

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