Querida lentitud...

Cada nueva posibilidad de la existencia, incluso la menos probable, transforma la existencia entera

Así dijo Kundera en su libro la lentitud. Una novela atemporal, porque el tiempo es justo el sujeto, y real protagonista de esta novela. Importa el congreso de entomologos, importa el marqués de Sade pero si hay algo importante en esta vida, que a veces infravaloramos, es el valor del tiempo. 

Con esto, Kundera hace un guiño a la filosofía de Bergson y su durée. 
No hay tiempo material, nuestra vida se ve influenciada por un continuo oleaje que es el Tiempo. Por eso Kundera, en esta novela,  puede permitirse el lujo de ser un motorista que viaja por las autopistas francesas del siglo XX o un marqués del siglo XVIII montado en una calesa. 

Este libro hará que queramos dejar algo atrás a toda prisa. Después, Kundera hará que queramos rememorar, como lo hace el protagonista de esta novela, y así lo haremos. Rememoraremos al paso lento del caballo, cuando la noche se haya puesto y estemos a solas con la misteriosa Madame T. Lo haremos, pero con lentitud.